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¿Conoces los Antivalores con que nos han gobernado?


Dice la Biblia que los pueblos son el reflejo de sus gobernantes, y no hay cosa más cierta si se tiene en cuenta que quien detenta el poder hace las reglas; entonces resulta lógico que los pueblos aprendan a comportarse como sus líderes lo hacen. Es por eso que he querido identificar los vicios que se promueven desde el gobierno y que todo el mundo ya acepta como una realidad, y una vez que nos acostumbramos a estos “antivalores” se hace harto difícil alcanzar la justicia social.

Voy a citar algunos de estas malas prácticas, acompañándolas de sencillos ejemplos:

Tomar lo que no es tuyo: Las expropiaciones, invasiones y la opresión del aparato productivo, le ha enseñado a la gente que si se tiene el poder, puedes tomar lo que no te pertenece.

La mentira: Así como el Estado anuncia constantemente sus “medidas” para acabar con la crisis, es común ver a las personas engañándose mutuamente, complicando situaciones que fácilmente se habrían podido resolver diciéndose la verdad.

La trampa: Para imponer el socialismo, el Estado hace uso de todas las instituciones para que las leyes y reglas del juego les favorezcan al tiempo que entorpecen el ejercicio de otras formas de pensamiento. De igual modo los comerciantes imitan esta tendencia, pervirtiendo toda la cadena productiva para salir beneficiados y al mismo tiempo escapar de los controles asfixiantes del Estado.

La venganza: El Gobierno se preocupó más en hacer caer a la oligarquía que en garantizar la estabilidad política y social de la Nación. Así mismo se comporta hoy el venezolano; para conseguir lo que quiere no le importa si se lleva por delante a quienes le rodean.

La soberbia: Nuestros gobernantes se creen dueños de la verdad y piensan que son los únicos capaces de resolver los problemas, y así como la autosuficiencia impide que uno pueda ver sus debilidades, de la misma forma la soberbia del Estado le mantiene alejado de los sectores que podrían ayudarlo a superar la crisis.

El sectarismo: El Estado ha promovido la segregación etiquetando a los venezolanos como “chavistas” o “escuálidos”, de modo que hay dos tipos de ciudadanía, la tipo A que pertenece a los que siguen al Oficialismo y la tipo B, de los que tienen que arreglárselas como puedan por ser de oposición. La gente hace lo propio en los niveles inferiores, hasta llegar a los consejos comunales y claps, donde se excluyen de beneficios a familias y comunidades enteras por sus preferencias ideológicas o políticas.

En resumen: El país fue politizado y polarizado, y así como todo reino dividido no permanece, estas dos cosas arruinaron la ya precaria sociedad en que vivíamos.

El Gobierno no debe ser usado para dividir sino para unir a la sociedad en la búsqueda de una vida mejor.

La cabeza es quien dirige al cuerpo, si la cabeza del Estado está enferma se entiende el por qué hemos llegado a una sociedad caotizada.

Para decirlo de una manera simple: Mente Sana en Cuerpo Sano…

Y no olviden leer este pasaje de la biblia que echará luz sobre el destino de la “Revolución”:

¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas.

Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua.

Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;

Y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza.

Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.

Isaías 1:21-26

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